jueves, 19 de mayo de 2011


LAS MARCAS Y LA ENSEÑANZA

            Nos encontramos en una sociedad donde todo se basa en el dinero, por lo que grandes marcas de productos, escogen el mercado juvenil para expandir su mercado y lograr los máximos beneficios. Hace un tiempo era imposible pensar que los colegios se  convirtieran en un mercado de marcas, pero el hecho de que los integrantes de los mismos pasen la mayor parte del tiempo en los colegios, provoca que este mercado intente llegar a ellos de todas las maneras posibles.

El mercado ha logrado entrar en los colegios con mucha fuerza a través de la tecnología informática, aunque para muchos las ventajas que la tecnología ofrece a la educación son en el mejor de los casos dudosas. En la sociedad actual, la tecnología ocupa un lugar muy importante, por lo que la mayoría de colegios hacen un gran esfuerzo económico para dotar a sus escuelas de buenos equipos informáticos, lo que supone que se prive de fondos a asignaturas como son la educación física o la música.

“Las marcas han logrado eliminar casi completamente la frontera entre la publicidad y la educación”.

            Las empresas de marcas se fueron introduciendo en los colegios a través de acuerdos con grandes sumas de dinero. Tras firmar el acuerdo, los colegios recibían un dinero y con ello, aceptaban la cláusula que les obligaba a desplegar todos los esfuerzos necesarios para favorecer las actividades de venta de sus productos. En cuanto este mercado se involucró en las escuelas, la educación fue disminuyendo, pues se prestaba mucha atención a anuncios publicitarios y provocaba en los estudiantes un desequilibrio en el estudio (pérdida de concentración). Así quedó patente a comienzos de la década, con una propuesta que se les hizo a los colegios norteamericanos, donde se les pidió que abrieran las aulas a dos minutos diarios de anuncios cada doce minutos de programas educativos normales.

             Con el paso del tiempo, el principal motivo que en un principio llevó a los colegios a incorporar el mercado de marcas en su programación (evolucionar en los medios de comunicación para favorecer la educación del alumnado), se fue desvaneciendo, llegando a importar más las ganancias económicas que recibían, que el principal objetivo de la escuela (proporcionar una educación integral).

            Algunas empresas de marcas afirman que sus programas son un elemento educativo de inapreciable valor y más modernos que recursos tan poco interesantes y pasados de moda como los libros y como los profesores.
Como futuro maestro y educador, por supuesto, no comparto esta opinión; considero que tanto los libros como los profesores son un elemento básico en la formación de una persona. Y de hecho, es aquí donde entra uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la docencia: encontrar diferentes metodologías que interesen al niño, que hagan captar su atención, que lo entretengan y a la vez que lo eduquen. Llegado a este punto, los libros pueden pasar a un segundo plano, incorporando al registro metodológico del docente, productos con el nombre de personajes de películas, tal y como se hace referencia en el artículo. Lo óptimo para una educación eficaz es que todo (profesores, libros, videos, guías, pósters, etc.) esté íntima relacionado, pues el uso de uno no suprime la utilización de otro.

            Me parece una coacción a la libertad del individuo, lo que pueden llegar a hacer estas empresas a los alumnos; investigan sus hábitos y vigilan lo que hacen cuando navegan por la Red, para conocer sus gustos y poder así vender sus productos más fácilmente. Y es aquí donde me pregunto: ¿dónde queda la libertad y los derechos del niño y del ser humano? ¿Qué concepto tienen las empresas de estos? y ¿qué significamos para ellos? 

            Considero inaceptable que cuando ciertas personas de dentro de la escuela (como profesores), se manifiestan tras observar que, por culpa de la publicidad y de los convenios de patrocinio con las empresas, se deforman algunos de los valores fundamentales de las universidades públicas (incluyendo la transparencia presupuestaria y el derecho a la libertad de debate y a la protesta pacífica), el personal autoritario de la escuela reaccione defendiendo sus contratos con éstas, antes que su personal docente. Lo único que están consiguiendo con esto es que los profesores tengan miedo de expresarse por las represalias que ello conlleve y que los estudiantes dejen de ser estudiantes y se conviertan en consumidores.

            Sólo el paso del tiempo hizo que la gente se mentalizase de la alta amenaza contra la educación que representaba la comercialización y las marcas, y muchos padres reaccionaron formando grupos para proclamar su oposición a ella.

Sin duda el mundo de la publicidad y las nuevas tecnologías evolucionan a pasos agigantados, pero es necesario que se adecuen al ritmo de las personas, de la forma más natural y saludable posible, así obtendremos un beneficio para todos.

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